«Olvidad todo lo que habéis aprendido. Comenzad a soñar»
Lema de Mayo del 68
«De todos quedaron tres cosas:
la certeza de que estaba siempre comenzando,
la certeza de que había que seguir,
y la certeza de que sería interrumpido antes de terminar.
Hacer de la interrupción un camino nuevo,
del miedo una escalera,
del sueño un puente,
de la búsqueda un encuentro».
Stéphane Hessel va un paso por delante de los eslóganes de mayo del 68:
frente al
“sé realista, pide lo imposible”, proclama que
“¡todo lo deseable es posible!”
Las razones para estar indignados y el hecho de estarlo son muchas, pero hay quienes en este estado en el que está la sociedad se encuentra cómodo. Entre otras cosas por ser beneficiarios de las migajas que les dan los poderosos por sus servicios prestados de palanganeros. No quiero decir que la Iglesia lo sea, aunque algunos de sus miembros dirigentes contribuyan. Traigo aquí, la postura personal de dos sacerdotes, de diferentes personalidades, el uno escritor y poeta y el otro teólogo con pocos apoyos por parte de Roma, pero sin duda, con un compromiso ético que les hace manifestarse con rotundidad, ellos también están indignados, Antonio López Baeza y Joxe Arregi.
Miren como nos hablan
de libertad
cuando de ella nos privan
en realidad
Miren como pregonan
tranquilidad
cuando nos atormenta
la autoridad
Qué dirá el Santo Padre
que vive en Roma
que le están degollando
a sus palomas?
Miren como nos hablan
del paraíso
cuando nos llueven penas
como granizos
Miren el entusiasmo
por la sentencia
sabiendo que mataban
a la inocencia
Qué dirá el Santo Padre
que vive en Roma
que le están degollando
a sus palomas?.Violeta Parra
¿TENEMOS POR QUÉ INDIGNARNOS?
¿Habrán leído nuestros obispos el opúsculo: “¡Indignaos!”, de Stéphane Hessel?
Creo que sí. (Es mejor suponer que sí).
1. ¿Se habrán dado cuenta del alto valor evangélico que contiene su llamada, tanto a la insurrección contra la mentira, la injusticia y la violencia, como a la esperanza de un mundo (¿el Reino de Dios?) en que desaparezcan las grandes desigualdades sociales, y todas las mujeres, y todos los hombres, puedan acceder a sus derechos de ciudadanos libres y responsables?
2. ¿Por qué no se lee, como comentario de la Palabra, en todas las Iglesias Cristianas?
3. ¿Por qué no se integra en la programación de la catequesis de jóvenes y adultos?
4. ¿Por qué muchos clérigos (o, al menos, alguno) no se suman a la declaración de Hessel, y hacen pública su lucha personal, a lo largo de sus existencias, contra todas las tiranías, como pastores que dan su vida defendiendo a su pueblo de los lobos rapaces del capitalismo salvaje?
· ¡Indignaos! Es el estallido de una conciencia solidaria.
· ¡Indignaos! Es la voz de la Verdad que nos hace libres.
· ¡Indignaos! Es la Esperanza que comienza a llamear entre las cenizas del largo conformismo.
¿Quién puede tener en su corazón un átomo del Amor de Dios, y no indignarse, ¡y no indignarse!, viendo su Imagen y Semejanza afeada, pisoteada, masacrada, en miles y millones de sus hijos predilectos, los desposeídos de la historia?
¡Indignaos! ¡Indignaos! ¡Indignaos!
Es posible, muy posible, que vuestra indignación, unida a la de todos los indignados, sea el Nuevo Pentecostés de un Humanidad congregada en la mesa fraterna, con el lenguaje universal de la Justicia y la Misericordia.
¡Indignaos!
Antonio López Baeza, poeta y sacerdote.
“….La causa de los jóvenes indignados de nuestras plazas es la causa más justa del planeta entero y merece la pena, aunque fracase. Pero sería tremendo que fracasara por nuestra desidia. Es la causa del Evangelio. Es la causa de Dios. La causa de Dios no es que todo el mundo crea en Dios -¿qué significa eso?-, sino que el mundo sea justo y viva en paz, que todas las criaturas sean dichosas. La causa de Dios se defiende en las tiendas de campaña de las plazas, mucho más que en los templos de piedra.
Está bien que los cristianos nos reunamos cada domingo a celebrar la memoria de Jesús, cuyo fracaso es ascensión. Pero no sería la misa de Jesús, si antes o después, de una manera u otra, no acudimos, con todos los párrocos al frente, a reunirnos con los jóvenes indignados de las plazas que encarnan el sueño y la causa de Jesús…”
Profetas del 15-M, texto completo en pdf
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