Mi solidaridad con todos los enseñantes y estudiantes del mundo a quienes el tiempo de confinamiento por la pandemia del mortal virus Covid-19, les ha hecho hacer un enorme esfuerzo para continuar con el curso, a pesar de los inconvenientes y trabas y sabiendo como saben, que quizás no valoraremos suficientemente su abnegada entrega.

Sobre la educación y la enseñanza.
El “genio de las letras”, desgrana en sus libros lo que pensaba sobre los distintos temas que atañen a las personas y esa opinión varios cientos de años después bien puede ser tenida en cuenta salvando las distancias de tiempo y lugar, porque la lucidez que se desprende de ella nos alcanza y aporta luz en este camino lleno de sombras en que se ha convertido nuestra sociedad.
En uno de sus libros, apunta en la dirección de cómo se hace en las buenas escuelas:
«No sé qué tiene la virtud, que, con alcanzárseme a mí tan poco o nada della, luego recibí gusto de ver el amor, el término, la solicitud y la industria con que aquellos benditos padres y maestros enseñaban a aquellos niños, enderezando las tiernas varas de su juventud, porque no torciesen ni tomasen mal siniestro en el camino de la virtud, que juntamente con las letras les mostraban. Consideraba cómo los reñían con suavidad, los castigaban con misericordia, los animaban con ejemplos, los incitaban con premios y los sobrellevaban con cordura; y, finalmente, cómo les pintaban la fealdad y horror de los vicios y les dibujaban la hermosura de las virtudes, para que, aborrecidos ellos y amadas ellas, consiguiesen el fin para que fueron criados.»
“…No sé qué tiene la virtud que, con alcanzárseme a mí tan poco o nada de ella, luego recibí gusto de ver el amor, el término, la solicitud y la industria con que aquellos benditos padres y maestros enseñaban a aquellos niños, enderezándoles las tiernas varas de su juventud, porque no torciesen ni tomasen mal siniestro en el camino de la virtud, que juntamente con las letras les mostraban.
Consideraba cómo les reñían con suavidad, los castigaban con misericordia, los animaban con ejemplos, los incitaban con premios y los sobrellevaban con cordura, y, finalmente, cómo les pintaban la fealdad y horror de los vicios, y les dibujaban la hermosura de las virtudes, para que, aborrecidos ellos y amadas ellas, consiguiesen el fin para que fueron criados..)
Sobre el estudio.
El autor del Quijote nos lanza un mensaje en su obra más conocida en el que indica que el estudio se ha de dirigir a cosas útiles:
«Mas has dicho, Sancho, de lo que sabes», dixo don Quixote; «que ay algunos que se cansan en saber y aueriguar cosas que despues de sabidas y aueriguadas no importan vn ardite al entendimiento ni a la memoria.»
“…—Hay gentes que se aplican a aprender cosas que no dan utilidad alguna, perdiendo un tiempo precioso; y otras que dan como propias las que agudo ingenio averiguó a costa de trabajo.
—Más has dicho, Sancho, de lo que sabes, dijo Don Quijote; que hay algunos que se cansan de saber y averiguar cosas que después de sabidas y averiguadas no importan un ardite al entendimiento ni a la memoria..”
Sobre los estudiantes
Para Cervantes estaba claro que no hay puesto elevado a que no pueda llegar el hombre de firme voluntad y claro entendimiento, tal mensaje se desprende de estas líneas en el Quijote:
«Por este camino que he pintado, aspero y dificultoso, tropeçando aqui, cayendo alli, leuantandose aculla, tornando a caer aca, llegan al grado que dessean, el qual alcançado, a muchos hemos visto que, auiendo passado por estas Sirtes y por estas Scilas y Caribdis, como lleuados en buelo de la fauorable fortuna, digo que los hemos visto mandar y gouernar el mundo desde vna silla, trocada su hambre en hartura, su frio en refrigerio, su desnudez en galas y su dormir en vna estera en reposar en olandas y damascos, premio justamente merecido de su virtud.»
“…Por este camino que he pintado, áspero y dificultoso, tropezando aquí, cayendo allí, levantándose acullá, tornando a caer acá, llegan (los estudiantes) al grado que desean, el cual alcanzado, a muchos hemos visto que, habiendo pasado por estas sirtes y por estas Scilas y Caribdis, como llevados en vuelo de la favorable fortuna, digo que los hemos visto mandar y gobernar el mundo desde una silla, trocada su hambre en hartura, su frío en refrigerio, su desnudez en galas y su dormir en una estera en reposar en holandas y damascos, premio justamente merecido de su virtud..”
(Quijote, Par.I; Cap.XXXVII)
Sobre los maestros de escuela
Don Miguel de Cervantes pone en boca del Licenciado Vidriera el juicio que le merecen:
“…—De los maestros de escuela decía que eran dichosos, pues trataban siempre con ángeles dichosísimos, si los ángeles no fuesen mocosos.

Fotografía y textos:
- Cervantes Educador, Ezequiel Solana, (Madrid 1932)
- Don Quijote de la Mancha en BIBLIOTECA VIRTUAL CERVANTES
- EL CRISOL DE LA CORDURA
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