Cervantes humanizado

Cervantes Humanizado©EL CRISOL DE LA CORDURA 2020

«El viejo Cervantes, el desamparado Cervantes, sabía que su bien más precioso, el único que posee, es la libertad, la independencia.«, a estas palabras escritas por A. del Hoyo sobre él, a mediados de los sesenta del pasado siglo en la contraportada del libro, les precedían las del poeta R. de Garciasol, que confesaba: «El secreto de Cervantes, su legado, consiste en poner al hombre en posesión del hombre, en enquiciarle, en volverle a sí, desalienándole, quitándole enajenación, animalidad, locura, perdición »

El binomio formado por el poeta Miguel Alonso Calvo, conocido como Ramón de Garciasol y el editor, escritor, crítico literario, traductor y lexicógrafo español Arturo del Hoyo Martínez , forjaron en un pequeño libro que con el sello de cuadernos del club de Amigos de la Unesco fue publicado por la represaliada y clausurada por el franquismo en el 1970 la Editorial CIENCIA NUEVA, editorial que abrió brecha en el monolítico mundo cultural franquista, por su dedicación a «la edición y publicación de todo género de obras de carácter científico, filosófico, lingüístico, histórico, religioso, artístico, arqueológico, económico, político, jurídico, sociológico, y cualquier otro aspecto cultural», así como «la edición y publicación de todo género de obras de carácter literario, ensayo, novela, poesía, cine, teatro y bellas artes».

Pues una de sus publicaciones, suelo reseñar en el interior la fecha de las compras de los libros y la de éste es agosto de 1970, siempre lo he considerado una pequeña joya. Su lectura hizo el suficiente poso en mí, como para mirar con otros ojos, a Cervantes, a mi entorno y al mundo.
La joya de libro de la que hablo se llama CERVANTES HUMANIZADO.

Es un librito donde en algo menos de cuarenta páginas, se disecciona y se muestra al verdaderamente desconocido D. Miguel, utilizado en su tiempo y quinientos años después por los estamentos oficiales sin ahondar nada y aprovechándose de quien sobre todo, era un hombre, nada más y nada menos.

A Cervantes y sólo por añadir rasgos para conocerlo, se sabe por una antigua carta que envió desde Argel a Mateo Vázquez , que era algo tartamudo, él se retrata a sí mismo en el prólogo de las Novelas Ejemplares: «…rostro aguileño, de cabello castaño, frente lisa y desembarazada, de alegres ojos, y de nariz corva aunque bien proporcionada, las barbas de plata que no ha veinte años fueran de oro, los bigotes grandes, la boca pequeña, los dientes no crecidos porque no tiene sino seis, y ésos mal acondicionados y peor puestos, porque no tienen correspondencia unos con los otros, y el cuerpo entre dos extremos, ni grande ni pequeño, la color viva, antes blanca que morena, algo cargado de espaldas y no muy ligero de pies…». En aquella época tenía casi los sesenta y seis años, pero llevaba bien los años, era una persona de gran energía y un profundo optimismo. Nos dejó el mes de abril de 1616, el día 23, sin embargo un mes antes, a primeros de marzo estaba todavía trabajando en su obra Los trabajos de Persiles y Segismunda.

A Cervantes se le conoce por El Quijote, pero es a él mismo, a su vida, a sus sufrimientos y a sus ejemplos de buena persona, alguien a quien desde siempre se nos suele hurtar, el gran personaje al que deberíamos mirar con profundidad es a él.

Su biografía está llena de los claroscuros de todos los seres humanos, de contradicciones, de su arte y de su genio innovador, de su capacidad de trabajo, de sus penurias en el cautiverio, de su dolor físico, del desagradecimiento del poder,…»por lo que su vida parece constituir una parábola de la grandeza y miseria de España»… como dice en su biografía de Cervantes el profesor de Literatura y Lenguas Clásicas, Alberto Szpunberg.

Termino con unas palabras escritas por Cervantes cautivo en Argel y desesperado, tenía entonces treinta años:

«Vida es esta, señor, do estoy muriendo
entre bárbara gente descreída,
la mal lograda juventud perdiendo.«

Texto: © documentos del autor de esta página

Cervantes Humanizado, Editorial Ciencia nueva, S, L., Madrid 1966

Biografía de Miguel de Cervantes, Alberto Szpunberg, Ediciones Rueda, 1999

Wikipedia

Fotografías:

Cervantes y la virtud perseguida.

«Yo he dado en Don Quijote pasatiempo
al pecho melancólico y mohíno
en cualquiera sazón, en todo tiempo»

En la vergonzosa e indigna campaña de calumnias y mentiras, difundida por todos los medios imaginables y que ha emprendido como tarea prioritaria la oposición encarnizada que tiene el actual gobierno de coalición, con el fin inconfesable en los medios, aunque difícil de negar en los hechos, de derribarlo sea como sea en el mas breve plazo posible, no cejan los ataques a las virtudes personales de ministros, personalidades e incluso las del mismo presidente Don Pedro Sánchez. El ardid de la calumnia como ataque a los mejores, o directamente el insulto, no es ninguna novedad, es una receta antigua, la menciona Plutarco cuando habla de la vida de Cicerón, y nuestro Cervantes en un genial y humilde diálogo del Quijote y Sancho, cuenta el como Julio Cesar, Alejandro Magno y otros personajes, reales o novelescos la padecieron :« Assi que, o Sancho, entre las tantas calumnias de buenos bien pueden passar las mias, como no sean mas de las que has dicho »

De nuestro gran Miguel de Cervantes, autor de la obra inmortal, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, quizás no pueda decirse que fuera un pedagogo en la actual acepción de la palabra, pero aunque en su obra no se lo propusiera, con naturalidad vierte a cada paso reflexiones, consejos, enseñanzas, finas críticas e ingeniosas agudezas, por eso sus lectores lo consideraremos siempre un sabio moralista y un habilísimo educador.

Para él la virtud es perseguida, sin embargo, manda el mensaje de no desmayar ante los obstáculos que se nos oponen, dejándonos dicho, que es inherente a la virtud el experimentar contradicciones

LA VIRTUD

«..Mira, Sancho», dixo don Quixote, «donde quiera que está la virtud en eminente grado, es perseguida. Pocos o ninguno de los famosos varones que passaron dexó de ser calumniado de la malicia. Iulio Cesar, animosissimo, prudentissimo y valentissimo capitan, fue notado de ambicioso y algun tanto no limpio, ni en sus vestidos ni en sus costumbres. Alexandro, a quien sus hazañas le alcançaron el renombre de Magno, dizen del que tuuo sus ciertos puntos de borracho. De Hercules, el de los muchos trabajos, se cuenta que fue lasciuo y muelle. De don Galaor, hermano de Amadis de Gaula, se murmura que fue mas que demasiadamente rixoso, y de su hermano, que fue lloron…»

“…Mira, Sancho, dijo Don Quijote, donde quiera que está la virtud en eminente grado es perseguida; pocos o ninguno de los famosos varones que pasaron dejó de ser calumniado de la malicia. Julio César, animadísimo, prudentísimo y valentísimo capitán, fue notado de ambicioso y algún tanto no limpio, ni en sus vestidos ni en sus costumbres. Alejandro, a quien sus hazañas conquistaron el nombre de Magno, dicen de él que tuvo sus ciertos puntos de borracho...”

 (Quijote, Par.II; Cap.II)

Sobre los textos:

  • © parrafos y documentos del autor de esta página y otros que figuran en Wikipedia

Fotografías:

Cervantes, la enseñanza, el estudio, los estudiantes y los maestros

Mi solidaridad con todos los enseñantes y estudiantes del mundo a quienes el tiempo de confinamiento por la pandemia del mortal virus Covid-19, les ha hecho hacer un enorme esfuerzo para continuar con el curso, a pesar de los inconvenientes y trabas y sabiendo como saben, que quizás no valoraremos suficientemente su abnegada entrega.

Sobre la educación y la enseñanza.

El “genio de las letras”, desgrana en sus libros lo que pensaba sobre los distintos temas que atañen a las personas y esa opinión varios cientos de años después bien puede ser tenida en cuenta salvando las distancias de tiempo y lugar, porque la lucidez que se desprende de ella nos alcanza y aporta luz en este camino lleno de sombras en que se ha convertido nuestra sociedad.

En uno de sus libros, apunta en la dirección de cómo se hace en las buenas escuelas:

«No sé qué tiene la virtud, que, con alcanzárseme a mí tan poco o nada della, luego recibí gusto de ver el amor, el término, la solicitud y la industria con que aquellos benditos padres y maestros enseñaban a aquellos niños, enderezando las tiernas varas de su juventud, porque no torciesen ni tomasen mal siniestro en el camino de la virtud, que juntamente con las letras les mostraban. Consideraba cómo los reñían con suavidad, los castigaban con misericordia, los animaban con ejemplos, los incitaban con premios y los sobrellevaban con cordura; y, finalmente, cómo les pintaban la fealdad y horror de los vicios y les dibujaban la hermosura de las virtudes, para que, aborrecidos ellos y amadas ellas, consiguiesen el fin para que fueron criados.»

“…No sé qué tiene la virtud que, con alcanzárseme a mí tan poco o nada de ella, luego recibí gusto de ver el amor, el término, la solicitud y la industria con que aquellos benditos padres y maestros enseñaban a aquellos niños, enderezándoles las tiernas varas de su juventud, porque no torciesen ni tomasen mal siniestro en el camino de la virtud, que juntamente con las letras les mostraban.

   Consideraba cómo les reñían con suavidad, los castigaban con misericordia, los animaban con ejemplos, los incitaban con premios y los sobrellevaban con cordura, y, finalmente, cómo les pintaban la fealdad y horror de los vicios, y les dibujaban la hermosura de las virtudes, para que, aborrecidos ellos y amadas ellas, consiguiesen el fin para que fueron criados..)

(Coloquio de perros)

Sobre el estudio.

El autor del Quijote nos lanza un mensaje en su obra más conocida en el que indica que el estudio se ha de dirigir a cosas útiles:

«Mas has dicho, Sancho, de lo que sabes», dixo don Quixote; «que ay algunos que se cansan en saber y aueriguar cosas que despues de sabidas y aueriguadas no importan vn ardite al entendimiento ni a la memoria.»

“…—Hay gentes que se aplican a aprender cosas que no dan utilidad alguna, perdiendo un tiempo precioso; y otras que dan como propias las que agudo ingenio averiguó a costa de trabajo.

—Más has dicho, Sancho, de lo que sabes, dijo Don Quijote; que hay algunos que se cansan de saber y averiguar cosas que después de sabidas y averiguadas no importan un ardite al entendimiento ni a la memoria..”

 (Quijote, Par.II; Cap.XXII)

Sobre los estudiantes

Para Cervantes estaba claro que no hay puesto elevado a que no pueda llegar el hombre de firme voluntad y claro entendimiento, tal mensaje se desprende de estas líneas en el Quijote:

«Por este camino que he pintado, aspero y dificultoso, tropeçando aqui, cayendo alli, leuantandose aculla, tornando a caer aca, llegan al grado que dessean, el qual alcançado, a muchos hemos visto que, auiendo passado por estas Sirtes y por estas Scilas y Caribdis, como lleuados en buelo de la fauorable fortuna, digo que los hemos visto mandar y gouernar el mundo desde vna silla, trocada su hambre en hartura, su frio en refrigerio, su desnudez en galas y su dormir en vna estera en reposar en olandas y damascos, premio justamente merecido de su virtud.»

“…Por este camino que he pintado, áspero y dificultoso, tropezando aquí, cayendo allí, levantándose acullá, tornando a caer acá, llegan (los estudiantes) al grado que desean, el cual alcanzado, a muchos hemos visto que, habiendo pasado por estas sirtes y por estas Scilas y Caribdis, como llevados en vuelo de la favorable fortuna, digo que los hemos visto mandar y gobernar el mundo desde una silla, trocada su hambre en hartura, su frío en refrigerio, su desnudez en galas y su dormir en una estera en reposar en holandas y damascos, premio justamente merecido de su virtud..”

(Quijote, Par.I; Cap.XXXVII)

Sobre los maestros de escuela

Don Miguel de Cervantes pone en boca del Licenciado Vidriera el juicio que le merecen:

“…—De los maestros de escuela decía que eran dichosos, pues trataban siempre con ángeles dichosísimos, si los ángeles no fuesen mocosos.

(El Licenciado Vidriera.)




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El respeto a los ancianos que nos pide Cervantes

«Aún me maravillo yo, dijo Sancho, de cómo vuestra merced no se subió sobre el vejote y le molió a coces todos los huesos, y le peló las barbas sin dejarle pelos en ellas. —No, Sancho, amigo mío, respondió Don Quijote; no me estaba a mí bien hacer eso, porque estamos todos obligados a tener respeto a los ancianos, aunque no sean caballeros»…

(Quijote, par. II; Cap. XXIII.)

Viene cuento el texto de Cervantes en el Quijote, porque voy a hablar de ancianos y recordar que en sus enseñanzas nos avisaba del respeto al que estábamos obligados. Que como se está demostrando en estos últimos tiempos, brilla por su ausencia.

El dolor que siento por las pérdidas de toda una generación de personas a las que leí y leo sus libros, que me han acompañado con sus músicas, much@s a quienes que he seguido como envidiable ejemplo de personas valientes y que han sido el faro de ideas de lo que hoy pienso, esas pérdidas que se cobra la pandemia, es algo punzante y penoso que se repite cada día, parece una pesadilla, no sé cuando terminará, lo que no debemos es olvidarnos de ellos y que sus obras hagan que sigan vivos entre nosotros.

Estos primeros días de primavera de la segunda veintena de este siglo, llegan con muchas tristes noticias. Solo hay que despertar y los medios nos inundan de ellas. La extensión mundial de la pandemia del Covid-19 hace estragos con la población mas débil, desempleados pobres de las ciudades, familias de refugiados de los conflictos que huyen desesperados y no encuentran ayuda, niños abandonados a su suerte y todos ellos encuentran solo murallas, entre las poblaciones más desvalidas se encuentran los indigentes que tienen como techo el cielo y los mayores, varios miles de ancianos que según las noticias pueden haber muerto en las residencias.

La Coordinadora por la Defensa del Sistema Público de Pensiones denuncia el «atroz» negocio de las residencias de mayores

Critica que en la gestión de muchos centros haya primado el beneficio económico y no el bienestar y la salud de las personas

Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones

Se puede pulsando aquí, escuchar el podcast donde la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones nos da otra mirada: peor confinados en un centro de mayores que en casa ; en éste documento sonoro, denuncia el concepto de negocio y modelo de gestión de residencias de mayores en España.

Lo que ya está quedando muy claro es que las muertes de la pandemia se van a llevar a un porcentaje altísimo de personas mayores. Sobre todo a los mas ancianos.Como un goteo aumentan las cifras, gentes sencillas o personas muy ilustres de las ciencias o las letras, con el denominador común de la edad.

Me rebelo ante la crudeza del hecho, sé que no hubiera debido de ser así, mas allá de lo fatídico del contagio de la vírica enfermedad, hay otras causas.

Lo considero una masacre. No hay derecho. Pienso que se hubieran podido evitar muchas de esas muertes. También pienso que las «evitables» muertes de ancianos en las residencias no son sino crímenes de los que habría que imputar a los creadores de este sistema de residencias privadas basadas en el lucro ambicioso y miserable. Siendo justo hay un porcentaje de ellas que no deben catalogarse así.Y muchos trabajad@res de residencias que han dado todo lo que estaba en sus manos, teniendo en cuenta que estos establecimientos están para cuidar, no para curar.

Y no olvidemos que todos los ancianos en las residencias pagan la estancia a precios astronómicos. En ellas no hay ninguno gratis. A algunos les sacan los ahorros de toda la vida, o en muchos casos sacrifican con los costes a sus hijos. A otros (no muchos, después de los recortes) se les pagaba por parte de, aunque menguada, la muy necesaria Ley de Dependencia, o sea pagadas por todos los ciudadanos.

Y las residencias, convertidas en negocio, han ido reduciendo al máximo los costes. Lo sabéis igual que yo…poco personal, mal formado, ausencia de sanitarios, ausencia de medios necesarios para atender a los mayores delicados. Y por si alguien dice que no se ha enterado, ahí está la denuncia de la Coordinadora por la Defensa del Sistema Público de Pensiones denunciando el «atroz» negocio de las residencias de mayores en el que critica que en la gestión de muchos centros haya primado el beneficio económico y no el bienestar y la salud de las personas

  • Cuando la pandemia pase, tendremos que hacer examen de todo este horror. Los mayores merecen, que el respeto que nos pide Cervantes, se haga realidad en otra manera de entender el cuidado de los ancianos.
  • Y así en mi opinión, como principio no dejar a la iniciativa privada casi en exclusiva como sucede ahora, el conjunto de residencias de mayores y dependientes (no nos olvidemos de ellos, muchos no son ancianos), del Estado Español. Deberían pasar a ser todas públicas con control directo de un ministerio del gobierno central y ¿por qué no? intervenirlas, expropiarlas, como se hace con bienes y tierras para trenes, autopistas y aeropuertos etc. que al final incluso no han llegado ha terminarse nunca, y sí claro está, indemnizar a los actuales propietarios.
  • También habría que ver las poblaciones y sus necesidades y donde hiciera falta según los ratio de mayores-cuidadores, crear mas residencias, formar a más personas, se crearía mucho empleo en estos trabajos. Someter a auditorías y control de los entes públicos correspondientes, a las que pudieran seguir por alguna causa en gestión privada . Desarrollar completamente y dotarla de medios en los presupuestos del estado la infradotada Ley de Dependencia,sobre todo «porque estamos todos obligados a tener respeto a los ancianos».

Sobre los textos:

Las citas del principio (naturalmente del Quijote), son de Cervantes Educador, (obra premiada en público certamen), y son una «colección de trozos de obras cervantinas, dispuestas para ser leídas en las escuelas», tal y como subtitula el pequeño libro Don Ezequiel Solana su autor, un Maestro Normal, como él se definía, que fue publicado por la editorial Magisterio Español, en Madrid, 1932.

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