Parados todos en la encrucijada
gritamos la palabra que nos guía
estremecidos de que esté vacía.
Miran los niños y no dicen nada.
Ríen de pronto.Brilla su mirada.
Jugando otra palabra les nacía.
Oyese «guerra» en la infantil porfía.
Les observamos.No decimos nada.
Hemos colmado el almacén del fuego.
Canciones, libros, disponeos al juego
si no emprendéis el último camino.
Otro no queda. Por el hoy abierto
corren los niños hacia un valle muerto
dóciles a sus padres, a su sino.
Antonio Buero Vallejo –POEMAS (1984)
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